La jugadora se sumó a San José de Mendoza para disputar la primera participación del club en la Liga Nacional Femenina. Con entusiasmo y compromiso, habló sobre sus sensaciones, objetivos y el crecimiento del básquet femenino en el país.
La llegada de Millie Burguener a San José de Mendoza marca un nuevo desafío en su carrera y en la historia del club mendocino. Con una sonrisa y la ilusión intacta, la jugadora reconoció: “Estoy muy contenta y agradecida por esta oportunidad. San José es un club que viene apostando al básquet femenino desde hace años, así que me ilusiona mucho ser parte de este proyecto”.
El primer contacto con la institución fue determinante para aceptar la propuesta. “Desde que llegué sentí mucho profesionalismo. También me convenció el saber que el equipo está conducido por un entrenador con tanto recorrido, sé que voy a seguir aprendiendo mucho”, explicó.
En sus primeros días en Mendoza, Burguener destacó tanto al plantel como al cuerpo técnico: “Me encontré con un grupo muy comprometido, con jugadoras de calidad y muy buena energía. El cuerpo técnico trabaja con intensidad y tiene muy claro hacia dónde quiere ir con el equipo. Me sentí muy bien recibida”.
Sobre sus metas personales, la jugadora fue clara: “Mi objetivo es seguir creciendo como jugadora y aportar desde el lugar que me toque. Quiero seguir aprendiendo y dar siempre lo mejor para el equipo”. Y en lo colectivo, subrayó la ambición del grupo: “Al ser la primera participación en la Liga por parte de San José, el objetivo principal es competir de igual a igual con todos los equipos. Queremos consolidarnos, crecer partido a partido y dejar una buena imagen”.
La adaptación a la provincia fue rápida y positiva. “San José tiene un ambiente muy bueno y en Mendoza se vive mucha pasión por el básquet. Lo fui sintiendo en la Superliga”, contó. Y sabe que en la Liga los desafíos serán exigentes: “El principal desafío es sostener la regularidad. La competencia es muy pareja, todos los equipos tienen nivel, y eso te exige estar al máximo siempre y también lo hace muy motivador”.
La preparación física y mental también ocupó un lugar central: “Físicamente, la Superliga fue clave en la preparación, y además venimos entrenando muy fuerte. En lo mental, el apoyo de mi familia y mi gente cercana fue fundamental. Están siempre presentes y eso me da mucha tranquilidad y confianza”.
Con experiencia en distintos equipos, Burguener quiere volcar su recorrido en beneficio del grupo: “Cada experiencia me dejó algo. Quiero aportar lo que pueda para que el equipo siga creciendo. Estoy dispuesta a ayudar en lo que se necesite, dentro y fuera de la cancha, siempre pensando en lo grupal”.
La posibilidad de mostrarse en la máxima categoría del básquet argentino es un gran impulso en su carrera. “Es un orgullo enorme. Jugar en la Liga Nacional es un gran paso y una motivación muy grande. Es una oportunidad que valoro mucho y que quiero aprovechar al máximo”, expresó emocionada.
Finalmente, dejó su mirada sobre la evolución del básquet femenino en el país: “Viene creciendo, y en varias provincias se nota un compromiso real con el femenino. Pero también hay lugares donde todavía falta ese impulso. Ojalá se siga trabajando para que haya un crecimiento más parejo en todo el país”.
