Luego de su participación en el Torneo Apertura, el plantel femenino de Fusión Riojana completó una intensa semana de trabajo en el Estadio Superdomo, combinando entrenamientos técnicos, físicos y fisiológicos dentro de un plan integral de preparación para el Torneo Clausura.
El cuerpo técnico, conformado por Carlos Ortiz, Julio Páez y Emilia Babi, diagramó jornadas de doble turno en las que las jugadoras alternaron trabajos grupales e individuales, con foco en los fundamentos, la precisión y la mejora del rendimiento técnico sin la presión de la competencia.
Entrenamientos de alto voltaje en cancha
Durante la semana, el plantel realizó sesiones intensivas de fundamentos, lanzamientos y rutinas de especificidad por puesto, combinando momentos en los que todas las jugadoras trabajaron juntas con bloques diferenciados.
“El objetivo fue mantener la intensidad, mejorar detalles técnicos y sostener el ritmo competitivo pese al receso”, explicó Carlos Ortiz, entrenador principal. “En algunos bloques trabajamos con todo el grupo, y en otros separamos a las jugadoras entre perimetrales e internas para abordar ejercicios más específicos según las necesidades del puesto.”
Las perimetrales se enfocaron en el manejo del balón, la toma de decisiones, el juego en velocidad y los lanzamientos tras movimiento. Las internas, en tanto, realizaron rutinas de desplazamiento defensivo, trabajo de pie, control de espacio y definición cerca del aro. También hubo bloques de tiro de alta frecuencia, donde se registraron porcentajes y se corrigieron aspectos técnicos individuales.
Evaluaciones físicas y fisiológicas
El cierre de la semana incluyó una jornada especial de evaluaciones coordinada por el preparador físico Lucas Vega y el kinesiólogo Joel Ríos, quienes realizaron pruebas individuales a cada jugadora.
Vega explicó que se evaluaron variables de fuerza, potencia y estabilidad mediante ejercicios de tracción vertical, estimación de RM en press plano, saltos bipodales y unipodales, y tests de balance. “Estas mediciones nos permiten diseñar programas personalizados y corregir asimetrías antes de que inicie la competencia.”

Por su parte, Ríos aplicó el Test de Resistencia de McGill, orientado a medir la estabilidad y fuerza del core, y la Evaluación FMS (Functional Movement Screen), que analiza los patrones de movimiento y la movilidad general.
“Buscamos identificar desequilibrios y prevenir lesiones. Este tipo de estudios nos permite intervenir antes de que aparezcan molestias, optimizando la mecánica corporal de cada jugadora”, destacó el kinesiólogo.
Pensando en el Clausura
El cuerpo técnico valoró la respuesta del grupo y la intensidad sostenida en cada práctica. Con los resultados de las evaluaciones, el equipo continuará trabajando en una planificación que integre fuerza funcional, movilidad, flexibilidad y técnica específica por puesto.
“Fue una semana exigente y muy positiva. Este parate no es descanso, es una oportunidad para crecer y prepararse mejor. Las jugadoras mostraron compromiso, disciplina y una energía muy profesional”, cerró Ortiz.

